
A partir de este 7 mayo 133 cardenales inician el camino para elegir al sucesor de Pedro, el nuevo guía de la Iglesia Católica.
Con la participación de los cardenales en la Santa Eucaristía en la mañana de este miércoles dan apertura al conclave. En una Misa dirigida por el Cardenal Giovanni Battista en donde pidió invocar “el auxilio del Espíritu Santo… a fin de que sea elegido el Pontífice que la Iglesia y la humanidad necesitan”; se encaminan para elegir el nuevo pastor de la Iglesia.
En el interior de la Capilla Sixtina de Miguel Angel, los cardenales electores de los 5 continentes y que representan a 77 países del mundo se reunirán en un espacio de oración, reflexión, fe, esperanza, bajo juramento y solicitando la gracia del espíritu santo, para entrar en profunda oración, y sea Dios quien dirija su decisión, así llegando al sucesor de Pedro que la iglesia necesita y que en la gracia de Dios esta el ser el nuevo Papa.
Se espera que la primera fumata se conozca después de las 11:00am hora Colombiana en el trascurso del día de este miércoles 7 de mayo, posterior a partir del jueves 8 de mayo se esperan fumatas a partir de las 3:30am y 10:30am horas colombianas, y así se dará a medida que vayan pasando las horas y los cardenales realicen las respectivas votaciones; se esperan por día 4 fumatas.
¿Cómo funciona el Conclave?
Serán 133 cardenales de 135 habilitados menores de 80 años en participar del Conclave, 51 cardenales de Europa, 37 de América, 23 de Asia, 18 de África, 4 de Oceanía.
Durante el Conclave el Vaticano queda cerrado y los cardenales no tienen contacto alguno con el exterior, se confinarán en Casa Santa Marta para dormir, comer y celebrar misa. Saldrán de allí solo para ir, a pie o en autobús, hasta la Capilla Sixtina, y nadie se les podrá acercar durante el recorrido durante el Conclave.
Cuando entren en la Capilla Sixtina, apoyarán la mano sobre los Evangelios y jurarán guardar secreto de las deliberaciones y respetar las reglas del Cónclave. Inmediatamente después, el maestro de ceremonias pronunciará el famoso «Extra omnes», «Todos fuera», o «que no quede nadie dentro» para invitar a salir a quien no sea cardenal.
Para ser elegido, hacen falta al menos dos tercios de los votos, o dos tercios más uno si no puede hacerse una división neta; y no pueden hacerse promesas electorales o pactos, ni aceptar vetos de ninguna clase.
Tras cada ronda de votaciones se queman las papeletas con paja, si la votación no resulta concluyente, se añade un producto químico al quemar los votos que producirá un humo gris oscuro. No hay Papa. Si los votos se queman con paja húmeda, el humo es blanco e indicara Habemus Papam.
Para ser elegido, hacen falta al menos dos tercios de los votos, o dos tercios más uno si no puede hacerse una división neta; y no pueden hacerse promesas electorales o pactos, ni aceptar vetos de ninguna clase.
El primer día habrá sólo un escrutinio, y en el resto de sesiones, cuatro, dos por la mañana y dos por la tarde. Si después de 34 escrutinios ningún candidato ha alcanzado los dos tercios de preferencias, se puede pasar a elegir entre los dos más votados, que no podrán votar, y seguirán necesitando dos tercios de los apoyos.
Es uno de los cambios establecidos por Benedicto XVI. Hasta entonces, a partir del escrutinio número 35 bastaba la mayoría simple para ser elegido Papa, lo que hacía posible elegir a un candidato sin amplio consenso. También Benedicto permitió que los cardenales adelanten la fecha de inicio del Cónclave, si todos los electores están en Roma y lo aprueban de común acuerdo.
Una vez revisadas todas las papeletas y confirmado que un cardenal ha recibido más de dos tercios, quien lleve menos tiempo como cardenal saldrá de la Capilla Sixtina y avisará al maestro de ceremonias y al secretario del Colegio de cardenales. Ellos entrarán y, junto al cardenal decano, se acercarán al elegido y le harán dos importantes preguntas.
«¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?»
Si acepta, a partir de ese momento exacto se convertirá en Papa.
«¿Con qué nombre quieres ser llamado?»
Luego, el Pontífice se retirará a la sacristía de la Capilla Sixtina para ponerse por primera vez la sotana blanca. Esa habitación se llama Sala de las lágrimas, en una referencia a la conmoción con la que entra el nuevo sucesor de Pedro.
Mientras se esté cambiando, se quemarán las papeletas, el humo blanco saldrá por la chimenea, y la noticia de la elección dará la vuelta al mundo.
Fuente: EWTN, ABC Y VATICAN NEWS